“Me parece que lo más importante que hacen las empresas en el país es la inversión, porque es la que genera empleo”, sostiene.

Dionisio Romero Paoletti recibió la posta en la conducción de la Fundación Romero en 2009, de manos de su padre Dionisio Romero Seminario. Pero es la historia de su bisabuelo Calixto —un español que se instaló en el Perú en 1888 y formó desde sus cimientos una pequeña empresa de exportación de sombreros de paja toquilla— la que él reseña con entusiasmo y admiración. 

La semana pasada, el espíritu emprendedor de don Calixto estuvo presente en el lanzamiento del Programa Becas Lenguas Originarias que la fundación ha puesto en marcha en Cusco. Serán 25 mil becas para cursos virtuales gratuitos que se impartirán a emprendedores cusqueños en quechua y aymara porque, como dice Romero Paoletti, “para tener mayores probabilidades de éxito al iniciar un negocio, no solo basta la buena idea; también hay que capacitarse”.

¿Cuáles son los alcances del Programa Becas Lenguas Originarias? ¿Por qué hacer el lanzamiento en Cusco?
Con un legado milenario de la cultura incaica, nos pareció Cusco un buen sitio para comenzar el programa que empieza con 25 mil becas, pero es solo el inicio. Queremos hacer asociaciones similares a esta en otras partes del país. Nuestro propósito es llegar a la mayor cantidad posible de peruanos y tratamos de hacerlo de diferentes maneras. Esta es una de ellas: llegar con el lenguaje apropiado para ayudar a los peruanos emprendedores. Hay 3.7 millones de peruanos cuya lengua natal es el quechua y hay unos 500 mil cuya lengua natal es el aymara. Nuestro país es una mezcla de todas esas etnias y nacionalidades, y lo que pretendemos es ayudar a todas. Nos pareció valioso poder llegar a ellos en su lengua nativa para que puedan entender mejor los programas que queremos poner a su disposición. Son 30 cursos virtuales, un abanico de capacitación.

El programa ofrece 25 mil becas solo en Cusco. ¿Cuál es la meta que se ha trazado la fundación?
Quisiéramos ir a todo el Perú, ya tenemos un millón y medio de becas otorgadas hasta el momento a través de los años que son, si mal no recuerdo, casi 3.7 millones de horas de capacitación, pero queremos seguir adelante. Queremos ir a todas las esquinas del Perú.

¿Por qué la apuesta en educación?
Es lo que podemos hacer los empresarios, ayudar a dar las herramientas para que los futuros empresarios del país tengan una base para potenciar las oportunidades que ven.

Perú tiene cifras alarmantes, un 29% de la población es pobre. ¿Cómo aliviar esto y qué puede hacer el sector empresarial para atender esa problemática?
Me parece que lo más importante que hacen las empresas en el país es la inversión porque es la que genera empleo, se pagan los impuestos; son los recursos que tiene el Estado para después dar los servicios que requiere la ciudadanía (...). Estamos en un país que tiene tantos problemas y tantas necesidades… los empresarios tenemos que dar un paso más (...), pero, repito, creo que lo principal es a través de la inversión.

Son cuatro generaciones del Grupo Romero trabajando en esa tarea. ¿Hay un compromiso social que podría ampliarse más allá del apoyo a la educación y el emprendimiento?
Ya lo estamos haciendo. Con lo que hemos vivido en estos últimos años con la pandemia y el Perú que conocemos, siendo tan propenso a estas crisis y catástrofes, ya sea por terremotos o por el clima, ahora tenemos un brazo dentro de la fundación que ayuda en lo que llamamos respuesta temprana, porque hemos analizado el tema y las primeras horas o días, dependiendo de qué crisis hablamos, son fundamentales. Lo que tenemos es un equipo logístico para llegar lo antes posible con alimentos, medicinas o lo que se requiera para ayudar.

Y para que haya esa inversión los empresarios necesitan reglas claras. ¿Siente que las tienen en este momento?
Nada va a ser absolutamente claro en el mundo y en el Perú no es muy diferente. En otros países también ocurren cosas, hay cambios políticos, cambio de las reglas. Yo creo que sí es importante que las reglas se mantengan estables por el mayor plazo posible, porque eso permite tomar estas decisiones de inversión que tienen trastornos en muy largo plazo, pero hay que ser conscientes de que las cosas van cambiando y los países necesitan diferentes cosas. En ese sentido, yo no soy pesimista en el Perú; más bien, soy muy optimista. Creo que es un país joven todavía, digo la república, no yéndome más atrás en la historia, y que está aprendiendo a cómo trabajar juntos. Es más, creo que en los últimos años lamentablemente hemos pasado esta crisis, pero se están dando los pasos para tener más claridad de cuáles son las condiciones que se tienen que dar en un país para que haya más inversión.

¿Está dispuesto el empresariado a poner el hombro en la atención de problemas como seguridad, pobreza...?
Sí, creo que la empresa privada lo que más puede hacer es dar ejemplos, ideas, pero nunca vamos a poder reemplazar al Estado, que es mucho más grande que cualquier empresa nacional o extranjera. Muchas de estas responsabilidades son atribuciones que el Estado tiene que hacer y creo que podemos trabajar Estado y el empresariado juntos.

FICHA
Dionisio Romero Paoletti es economista. Es presidente del directorio del Grupo Romero y desde 2009 preside también la Fundación Romero, creada en 1982 con el propósito de promover el emprendimiento, la educación inclusiva y la sostenibilidad social.

“Las mujeres son el sustento de nuestra sociedad, creo que siempre lo han sido pero ahora lo estamos viendo mejor, es más notorio y esa es una gran satisfacción; son importantes en el desarrollo de sus familias, de la comunidad y del país”, afirma.

 

 

 

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