El 29 de diciembre de 1820, se conmemora el aniversario de independencia de la intendencia militar española.
La historia oficial suele centrarse en el 28 de julio, pero lo cierto es que la libertad del Perú empezó a gestarse mucho antes en las tierras del norte. Hoy celebramos 205 años de un hito fundamental: la independencia de la antigua Intendencia de Trujillo, un acto de valentía que cambió el rumbo de la emancipación nacional.
Un grito que se adelantó a la historia
Mucho antes de que San Martín proclamara la independencia en Lima, el norte ya había decidido su destino. El 29 de diciembre de 1820, la Plaza de Armas de la “Ciudad de la Eterna Primavera” fue testigo de un evento sin precedentes.
Liderados por José Bernardo de Tagle (el Marqués de Torre Tagle), los trujillanos rompieron formalmente las cadenas del dominio español, adelantándose ocho meses al resto del país.
Este movimiento no fue una decisión improvisada. Todo nació en el cabildo abierto del 24 de diciembre de ese mismo año, donde los ciudadanos y autoridades locales acordaron firmar el acta que daría paso a la proclamación definitiva días después.
¿Por qué fue tan importante este gesto?
La relevancia de Trujillo en 1820 no era menor. En aquel entonces, su jurisdicción era inmensa y abarcaba lo que hoy conocemos como Tumbes, Piura, Lambayeque, Amazonas, Cajamarca y San Martín. Al independizarse Trujillo, prácticamente todo el norte peruano quedó libre, sirviendo como un bastión seguro y un soporte logístico vital para las fuerzas libertadoras.
Como bien señala la Comisión Cívica Militar del Bicentenario, existen tres verdades históricas que resumen este orgullo norteño:
El cimiento de la República: Sin aquel 29 de diciembre de 1820, difícilmente habríamos llegado al 28 de julio de 1821 con la fuerza necesaria.
La ruta de la victoria: El apoyo de Trujillo, el norte peruano y Huamachuco fue el combustible que permitió los triunfos definitivos en las batallas de Junín y Ayacucho.
Héroes con nombre propio
La gratitud eterna recae en figuras como José Bernardo de Tagle y el ideólogo José Faustino Sánchez Carrión, quienes pusieron su intelecto y valor al servicio de una patria libre.
Hoy, Trujillo no solo celebra su pasado, sino que nos recuerda que la independencia fue un esfuerzo colectivo que comenzó en las regiones.