Vecinos de los diversos sectores de la ciudad petrolera, se vienen organizando para levantar su voz de protesta y luchar por lo que es su derecho a la salud pública, tranquilidad y paz social.
Decepcionados porque el Alcalde brilla por su ausencia y no se pronuncia hasta la fecha, los vecinos del Barrio Acapulco, Parques del 1 al 82, avenidas y el cono norte de la ciudad, se encuentran sumamente preocupados y con los nervios alterados, luego que la empresa petrolera estatal tomara la decisión de incrementar 3 veces más la gigantesca contaminación sonora durante las 24 horas del día.
Lo que es peor, nadie sabe el origen de este malsano propósito, ya que el estruendoso sonido es aumentado durante toda la madrugada, con la aparente finalidad que "nadie duerma".
El mutis de las Autoridades, Ministerio de Salud, Fiscalía de Prevención del Delito, OEFA, etc., también es muy elocuente, ya que a la fecha no se pronuncian ni mucho menos se les ve tomando acción alguna.
El bullicio inmenso, viene perjudicando a los pacientes que se encuentran internados tanto en clínicas como en el Hospital de EsSalud, quienes sufren muy de cerca esta permanente bulla.
Se habla de recolección de firmas y hasta se conoce que algunos vecinos han hecho llegar su queja y voz de protesta a dicha empresa, pero a manera de respuesta obtienen un aumento descomunal del ensordecedor y perturbador ruido.
Se estarían organizando marchas y medidas probablemente más radicales, contra la petrolera estatal que en todo momento "habría escondido el estudio de impacto ambiental", con la finalidad que nadie sepa de esta colosal desgracia.
Y pensar, que en diciembre ante la presión de ciertos sectores de la prensa, Petroperú emitió un comunicado público que el bullicio llegaría a su fin antes de finalizar el año, sin embargo, ha pasado cerca a 2 meses y las consecuencias han sido peores, por no decir catastróficas.
Finalmente, cabe recordar que ante la Presidenta, Congresistas y Ministros, se expresó claramente que la nueva refinería ya operaba al 100% de su capacidad y y que la contaminación sonora era cosa del pasado... ¡nada más falso que la verdad!