Rosselli Amuruz, María del Carmen Alva, Patricia Chirinos y otros congresistas son cuestionados por viajes realizados durante este año y en los que se registran gastos excesivos en comparación a otros legisladores que los acompañaron.
Mientras que la indignación y el cuestionamiento en contra del Congreso de la República van en incremento, quienes lo integran, los congresistas, principales responsables de la baja aprobación, continúan viajando con todos los beneficios y por todo lo alto, pero con dinero de todos los peruanos.
Un reportaje logró acceder a las declaraciones de viajes de legisladoras como Rosselli Amuruz y María del Carmen Alva, entre otras, y encontró consumos de alcohol, duplicidad de comprobantes, y otros lujos en los viajes al extranjero bajo la excusa de que “ejercen su labor de representación”. Las revelaciones vinieron de la mano del dominical Punto Final, en el que se expuso el uso de fondos públicos en viajes oficiales realizados por congresistas, que retoma el debate y los cuestionamientos, debido a los altos costos y la falta de transparencia en los gastos involucrados.
El hecho más impactante advertido y que eleva los cuestionamientos en contra de los congresistas, es el de la tercera vicepresidenta del Congreso, Rosselli Amuruz, quien ha sido señalada por sus gastos en viajes. Este año, Amuruz realizó cuatro viajes internacionales, en uno de los cuales modificó su itinerario de regreso de Nueva York a Miami, generando un costo adicional que fue totalmente afrontado por el Congreso, según el registro adquirido por el dominical. Este costo supone un incremento de $305 para el Parlamento.
Resalta también un viaje realizado a Francia, en donde se hospedó en el hotel Le Parchamp y que significó un gasto de $1,804.76 por tres noches por el que, incluso, en los registros del Legislativo, se detalla el consumo de bebidas alcohólicas de hasta 24 dólares y comidas por hasta 97 dólares; de los cuales no supo dar justificación e incluso, negó haber consumido.
María del Carmen Alva y Patricia Chirinos unidas por su debilidad a los hoteles de lujo
Otro de los casos más destacados es el de la congresista María del Carmen Alva, quien viajó a Ginebra para participar en la Asamblea de la Unión Interparlamentaria. Durante su estancia, se hospedó en el Warwick Geneva Hotel, con un costo de $2,100 por un total de 6 noches. El informe advierte que este costo difiere tremendamente con lo advertido por el congresista Alex Paredes, quien por el mismo evento, y por el mismo viaje, gastó un total de $997 por el alojamiento en Les Natios Hotel. En este caso, la diferencia de gasto supera los 1.103 dólares.
Congresistas justifican sus gastos excesivos en el extranjero
Al ser confrontados, solo los congresistas Germán Tacuri, María del Carmen Alva, y Roselli Amuruz intentaron excusarse. Por su lado, Alva señaló Alex Paredes no eligió un hotel más económico para ahorrar dinero al Estado; sino que debido a un error de su secretaria al realizar la reserva, no se inscribió en el hotel que recomendó la embajadora.
Por otro lado, Amuruz precisó sobre los viajes en los cambios de itinerario, que este cambio de itinerario fue pagado con sus propios recursos. La legisladora insistió en que había cumplido con su función parlamentaria de asistir al compromiso con Parlaméricas; no obstante, el monto de los 305 dólares ha sido declarado ante el Congreso.