National Geographic ha trazado el estado de nuestro planeta, iluminando para los lectores las maravillas de nuestro mundo y ayudándoles a comprenderlo mejor. Nunca hemos sido tímidos a la hora de documentar los retos a los que se enfrentan las comunidades de todo el mundo, como la contaminación, el desarrollo excesivo y, por supuesto, el cambio climático.
Especialmente en los últimos cinco años, hemos llamado la atención no solo sobre los problemas que son evidentes y cada vez más urgentes, sino también sobre las soluciones que podrían ayudarnos a abordar los problemas a los que todos nos enfrentamos como seres vivos en el planeta Tierra.
Lo que sigue es una lista de temas que hemos tratado en este periodo que exploran el estado de nuestro hogar, todos ellos de gran relevancia hoy en día. Y analizamos los efectos de los cambios medioambientales en nosotros, desde la inseguridad alimentaria hasta los conflictos.
1. La naturaleza está desincronizada, y eso está cambiando todo, en todas partes.
Por término medio, los famosos cerezos en flor de Washington D.C. (Estados Unidos) han alcanzado históricamente su punto álgido de floración en torno al 2 de abril. Este año, las flores empezaron a asomar a mediados de marzo y alcanzaron su punto álgido el 17 de marzo. Este es solo un ejemplo de la desincronización de la naturaleza.
2. Cómo se han transformado los bosques del mundo en las dos últimas décadas
Los bosques no solo proporcionan hábitats a miles de especies diferentes, sino que también nos ayudan a luchar contra el cambio climático, extrayendo dióxido de carbono de la atmósfera y encerrándolo bajo tierra. Sin embargo, los hemos talado a un ritmo alarmante. Ahora, el cambio climático está provocando condiciones meteorológicas extremas (sequías en algunas regiones, inundaciones en otras) y dificultando la supervivencia de los árboles. Tenemos soluciones para ayudarlos, pero está por verse si las ponemos en práctica.
3. Nuestras noches son cada vez más brillantes, y la Tierra está pagando el precio
Cerca del 83 % del planeta vive bajo cielos nocturnos llenos de contaminación lumínica. Esto no solo oscurece nuestra visión de las estrellas, sino que también desequilibra nuestro ritmo circadiano, crucial para un sueño saludable. Pero la fauna es la que más sufre. Atraídas por la luz, las aves pueden desviarse de sus rutas migratorias y es más probable que se estrellen contra los edificios. Y las especies de luciérnagas, muchas de ellas en peligro de extinción, no consiguen aparearse cuando el cielo está contaminado por la luz. Esto pone en peligro toda su existencia.
4. Estamos salvando con éxito algunas especies mientras perdemos otras
En abril de 2020 exploramos dos escenarios: uno en el que salvamos el planeta y otro en el que no hacemos nada. Este número incluía un artículo sobre nuestros éxitos en conservación y los avances en la preservación del hábitat y los programas de cría en cautividad que han salvado a animales que pensábamos que dejarían de existir. Un artículo complementario mostraba que muchas más especies siguen pasando desapercibidas.
5. Las nutrias marinas se están recuperando de su casi extinción. No todos están contentos.
Las nutrias marinas tienen un pelaje espeso y lujoso, razón por la que estuvieron a punto de extinguirse. Hoy, sus poblaciones se están recuperando. Las leyes de conservación y los cuidados humanos han contribuido a su recuperación. Pero, ¿qué ocurre cuando se reintroduce una especie que ha estado ausente durante décadas?
6. El primer embarazo de rinoceronte por fecundación in vitro del mundo podría salvar a animales casi extintos
Para el rinoceronte blanco del norte, la fecundación in vitro puede ser la única forma de que la especie sobreviva. Solo quedan dos hembras de rinoceronte ancianas en la Tierra. El último macho murió en 2018. Pero los científicos han guardado el esperma y los óvulos de varios individuos, y planean implantarlos en el rinoceronte blanco del sur, una especie genéticamente similar.
El experimento cuesta millones de dólares, y no todo el mundo está seguro de que merezca la pena. Sin embargo, especies de todo el mundo se enfrentan a amenazas existenciales similares. ¿Deberíamos hacer todo lo posible por salvarlos?