Un suelto periodístico nos puso ayer al corriente de la ordinariez y descortesía que había tenido el gobernador regional, Lucho Neyra, para con la ex presidenta del Congreso de la República, María del Carmen Alva. No sólo se había negado a recibirla en su despacho, sino que tampoco se había dignado a contestarle sus llamadas.
Hay que decir que los gestos de fineza son propios de gente culta, de personas bien educadas, bien criadas; los toscos no los tienen. Y en la vida pública, los mismos gestos deben haber hasta para quienes se hallen en las antípodas de nuestro pensamiento político. Neyra también debe saber que el cargo que tiene tampoco le ha caído del cielo. Se lo debe a quienes lo han puesto allí con sus votos, y a éstos representa, y son éstos quienes esperan de él buenos modales. No los descomedimientos, por ejemplo, de su primo Madrid. Aunque, desafortunadamente, la sangre es la sangre.
A propósito de Madrid, ayer hubo una sesión de concejo en la que se puso a debate un pedido de los regidores de minoría solicitando en él la suspensión de Madrid como alcalde por vulnerar el reglamento interno y ordenar la desaparición de la sala que ocupaban antes para ejercer sus funciones. Ellos de todas maneras iban a perder. Son minoría. Y como los números no engañan, el mango de la sartén la tiene Madrid porque detrás de él, protegiéndolo, se hallan los demás regidores, sus perritos falderos, que son, en mancha o en manada, la mayoría.
Pero no importa. Esa mayoría podrá las veces que quiera sacarle las castañas del fuego a Madrid, pero lo que sí no logrará nunca jamás será borrarle la mala imagen que éste, a fuerza o a huevo de tantas torpezas, se ha labrado entre los piuranos. Salgan a la calle o pregúntele al vecino sobre qué opinan de Madrid, y la respuesta que recibirán será siempre la misma. Una de grandísima desaprobación y rechazo y sin faltar, en las de algunos, todo un rosario de feos e irreproducibles epítetos.
Y por más que Madrid se esfuerce ahora en cepillarse para darse un poco de lustre impulsando con gente incauta o vividora ilusorios comités de base y respaldo, habrá que decirle que, para lograrlo, inútiles resultarán todas aquellas tentativas que, vistas de lejos o de cerca, semejan más bien a resuellos de ahogados o de gente desahuciada.
A leguas se nota, pues, que Madrid está falto de buenos asesores. Uno medianamente inteligente no le hubiera recomendado, por ejemplo, mandar a formar con fantasmas o zombies un Comité de Defensa para aquel megaproyecto de agua potable y alcantarillado que hay para beneficiar a 96 asentamientos humanos de los distritos de Piura, Castilla y Veintiséis de Octubre. Da risa.
Pues estos asentamientos humanos no necesitan de tales comités postizos. Solitos son una fuerza descomunal. Y el que ha formado Madrid se desploma en lo ridículo, en lo risible. Vean la foto que la oficina de Imagen de Madrid ha colgado en las redes sociales. Quienes posan en ella, seguramente fantaseando que hasta en la posteridad se les recordará, lo hacen como si estuviesen celebrando una fiesta de cumpleaños. Radiantes de contentos y no con cara adusta de luchadores sociales. Otro c… de risa.
Debemos convencernos definitivamente que Madrid, como su primo Neyra en el gobierno regional, no son de fiar y que están caminando pésimo. La mala cabeza de este último lo ha llevado a poner en la Dirección Regional de Educación a gente bien podrida y con el cartelito de funcionarios de confianza. Como esa, de naturaleza perversa y despreciable, que pretendió, en un reciente concurso de plazas, meter a trabajar de contrabando en un puesto de médico a dos postulantes que todavía no lo eran. No tenían ni título, ni figuraban en el registro de grados de la Suned. Pero que, seguramente, se hallaban bien recomendados. Y si no es por la Contraloría, esa merca se hubiera filtrado. ¿Ves, Neyra?
Los vecinos opuestos al Paseo de Aguas de Madrid le harán a éste otra marcha hoy por la tarde. Fortalecidos por el respaldo que están recibiendo de todas partes. Partirán a las 4 de la tarde desde donde acostumbran hacerlo (altura de la urbanización Talara), para luego marchar por la avenida Grau y confluir en la iglesia Catedral. Ahora ellos buscan lograr que los piuranos tomen conciencia de que ninguna autoridad, sea ésta alcalde o gobernador regional, es intocable, y que el medioambiente se defiende y que, en esta lucha, tampoco debe haber dobleces ni contemporizar con nadie. Menos con el diablo.