Comentarios a vuelo de pájaro


HAN pasado muchos años desde la última vez que visitamos Canchaque. Quién sabe cuántos, ¿dieciocho años? ¿el tiempo que lleva de muerto Miguel Ciccia? No. Debió ser antes. Miguel aún vivía y con él coincidimos, aquella vez, en Palambla. Para la festividad de la Virgen de Agua Santa, que es en noviembre. Fuimos como invitados de otro entrañable amigo que ya tampoco está con nosotros en este mundo: Víctor Lizana Puelles, palambleño él.
º NUESTRA primera visita a Canchaque debió ocurrir a mediados de abril del año 1978. Trabajábamos en el diario Correo y don Renán Estrada, que era su director, nos comisionó para que hiciéramos esa visita y regresáramos trayéndole, no una nota cualquiera, sino una que tuviese la extensión y el sabor de un reportaje y, a través de ella, darle una idea a quien la leyese de por qué esa analogía contenida en aquella frase que los canchaqueños repiten orgullosos cuando hablan de su pueblo: Canchaque es “la Suiza piurana”, dicen ellos.
º CLARO que sí. Canchaque es una belleza, un pedacito de cielo a casi tres horas de Piura, y un lugar donde en cada rincón sólo se respira a naturaleza pura. Entrar en contacto con ella es reconfortante. Le devuelve a uno serenidad y, al mismo tiempo, templanza. 
º PENSAMOS que ya es hora de volver a Canchaque para reencontrarnos con su suelo, su paisaje y sus gentes. Y con un conocido nuestro y de años, Walter Lamadrid, que se ha convertido, de un tiempo para acá, en un activo promotor turístico. Usa las redes sociales como ventanas abiertas al mundo, y como lo son de hecho, para mostrar los encantos de su tierra. En Palambla, Walter tiene un restaurante con este nombre “Las chapitas”. Vayan. Se come muy bien, dicen quienes han estado allí.
º REGRESANDO a lo nuestro, a los temas habituales de esta columna, ayer leíamos que ese parque que Madrid inaugurara con mucha pompa y con este nombre, La Brea, hace un par de meses en la urbanización Bello Horizonte ya se está cayendo a pedazos. ¿Qué pasó? Lo de siempre. Lo que le ocurre a toda obra mal hecha y mal supervisada. La vida útil de éstas se acorta, y las correcciones a posteriori de las deficiencias encontradas sólo es un engaña muchachos. Un analgésico.
º Y si no hubiese sido por la Contraloría, en ese otro parque, el de las Aguas, un gato por liebre que ya se había perpetrado, permanecería oculto hasta ahora. Se estaba utilizando losas del demolido parque anterior como nuevas y tubería, de un grosor menor a lo estipulado, en las instalaciones de los servicios higiénicos, además de pretender colocar las mallas de la cancha deportiva sobre bases enclenques. ¿Y la supervisora? Haciéndose la cojuda y mirando hacia otro lado por los amarres que existen.
º EN su edición de hoy, el diario La Hora se hace eco de otra perversidad de Madrid. Él ha dicho, por un arquitecto que ha cuestionado los cambios de diseño de algunas de las calles que se piensan remodelar en el centro urbano de Piura, que éste obra así resentido por no habérsele dado la elaboración del expediente técnico del Teatro Municipal. Madrid dice también que dicho arquitecto fue hasta su casa a pedírselo. 
º COMO la palabra de Madrid está muy venida a menos, rebajada, malmirada, habrá que coger con pinzas lo dicho por él sobre el mencionado arquitecto que cuenta otra cosa. Lo que pasa es que en boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso, y a Madrid casi ya no se le cree nada. 
º TAMPOCO el arquitecto aludido por Madrid es el único que objeta esos cambios de diseño antes referidos y en los que también entra la avenida Grau. Los mismos vecinos tienen sus propios reparos. Igual que los colegios de Ingenieros y de Arquitectos. Y como a Madrid no le da la gana escucharlos, a éstos no les queda otra que quedarse con la palabra en la boca. Fiel a su estilo, Madrid es siniestro.
º HABLANDO de él y por asociación de ideas, sigue todavía prófugo su pata del alma y regidor suyo, Edwin Carreño Yarlequé, condenado el mes pasado a seis años de prisión efectiva y a siete de inhabilitación por el delito de colusión agravada en el que incurrió siendo funcionario de la municipalidad de Tambogrande y en la época en que Madrid era alcalde de este distrito. Seguramente, Carreño permanece oculto para ganar tiempo y probar suerte, con mentol por delante, en otra instancia judicial. Quienes han logrado salir airoso de esa manera, aseguran que lo del mentol es un recurso casi infalible.
HASTA MAÑANA

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