El Congreso ha aprobado una ley que cambia la distribución del Impuesto General a las Ventas, cuya tasa actual es de 18%.
De ese porcentaje, el 16% va para el gobierno central y 2% para los gobiernos locales (Foncomun). La nueva norma —aún pendiente de promulgación por el Ejecutivo, pero que, según el MEF, se firmará sin problemas— reduce de 16% a 14% lo que recibe el gobierno central y eleva a 4% el Foncomun.
Como ha explicado claramente el profesor y exministro de Economía, Waldo Mendoza, con esta reconfiguración del tributo el Gobierno perderá unos 10 mil millones de soles al año. “El Congreso ha aprobado la ley fiscal más dañina de este siglo”, ha dicho Mendoza, con la autoridad de haber sido, además, miembro del BCR y presidente del Consejo Fiscal.
Y como el titular del Ministerio de Economía ya adelantó muy campantemente que el Ejecutivo dará luz verde a la autógrafa, la vía que queda para impugnar este despropósito será el Tribunal Constitucional, “que ojalá se comporte con responsabilidad”, ha sugerido Mendoza, no sin preocupación.
Con una recaudación fiscal menguada, en plena época electoral y con una necesidad urgente de la presidenta Boluarte de levantar el 2% de aprobación que tiene su gobierno, será difícil que ese déficit se financie con recorte de gasto, por lo que, según explicó el exministro, lo más probable es que el Perú tenga que prestar dinero —tanto de fuentes nacionales como extranjeras— para poder seguir gastando lo mismo.
El MEF señala que no afectará la caja, pero al mismo tiempo anuncia que modificará la ley que fija la regla fiscal, pasando el tope del déficit fiscal de 2.2% a 2.8%. En buen cristiano: ya que no se puede ajustar el desbocado gasto en el que estamos, subiremos el límite. ¿‘Asunto arreglado’, como se suele decir en criollo?
¿A quién pretenden engañar? Lo que están haciendo es sumamente peligroso e imprudente. Aumentar las transferencias del gobierno central para que, a su vez, los gobiernos locales dispongan de mayor capacidad para el gasto suena más a negociado preelectoral que a planificación fiscal.
Una vez más el Ejecutivo se colude con el Legislativo para atentar contra la economía del país. ¡Cuidado con volver a los 80 y a la maquinita!