Remover del cargo a una fiscal que investigaba a su hermana jueza le costó caro a la ex todopoderosa del Ministerio Público, que fue destituida por votación unánime. Enma Benavides tampoco se salvó: mentir le costó su destitución.

A Patricia Benavides no le queda otra que marcharse a su casa. El pleno de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) la destituyó como fiscal suprema y fiscal de la Nación. La votación para dejarla fuera del Ministerio Público fue unánime. Los magistrados miembros de la Junta aprobaron el informe final, sustentado por María Zavala, que planteaba su separación definitiva, por remover indebidamente a la Fiscal suprema Bersabeth Revilla, que investigaba a su hermana, la jueza superior Enma Benavides, señalada de recibir sobornos a cambio de liberar a narcotraficantes, y quien también siguió su mismo camino.

Sí, la JNJ también mandó a su casa a la hermana de la fiscal, destituyéndola en una votación que encontró oposición de dos integrantes de la junta. Y tal como recomendó el informe final, se destituyó a la fiscal Azucena Solari, por su actuación en la remoción de la fiscal Revilla.

La destitución de las tres magistradas tiene un efecto inmediato; se cancelarán sus títulos, y sus expulsiones se acreditarán en el Registro Nacional de Sanciones de Destitución y Despidos.

MENTIRA Y MANIPULACIÓN
Las hermanas Benavides dejarán de ser una fiscal y la otra jueza. El informe final ha confirmado que apelaron a la manipulación y la mentira para intereses personales.

El documento sustentado por Zavala fue lapidario para la hasta hace unos meses todopoderosa del Ministerio Público. La integrante titular de la JNJ concluyó que quedó acreditado que Benavides interfirió en la investigación que la fiscal Revilla seguía contra su hermana Enma y vulneró la Ley de Carrera Fiscal al removerla automáticamente del cargo “sin la debida motivación” y darle un trato degradante.

Más leídas