Nicolás Maduro comenzó la campaña para la reelección antes de confirmar una candidatura que parece evidente: tiene baja popularidad.
Pero cuenta con el poder del Estado y una oposición a contrarreloj para definir su candidato. Las esperadas elecciones presidenciales en Venezuela serán el 28 de julio, día del natalicio de Hugo Chávez, con el Presidente Nicolás Maduro como candidato natural a la reelección y la oposición contra las cuerdas con su principal aspirante inhabilitada.
La directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE), de línea oficialista, anunció este martes la fecha, aprobada por "unanimidad". Los comicios se harán poco más de cinco meses antes de la toma de posesión del ganador, el 10 de enero de 2025.
Tras oficializarse esta fecha, se abren varios escenarios y surgen interrogantes sobre el tipo de contienda que se celebrará en el país caribeño, en unos comicios que parecen estar hechos a la medida del régimen chavista.
Lo anterior se puede deducir de las disposiciones establecidas por el CNE sobre quiénes competirán y cuántas garantías avalarán este proceso. A continuación, seis claves para tener una visión más clara de lo se viene en los siguientes meses:
1.- La fecha
Hasta el 28 de julio, quedan 145 días para organizar las misiones de observación electoral, un tiempo que, a juzgar por comicios anteriores, no será suficiente para que la Unión Europea (UE) envíe una misión técnica al país caribeño, pese a que este asunto está contemplado en el acuerdo firmado en octubre pasado entre el Gobierno y el principal bloque opositor.
2.- La inhabilitación
La exdiputada María Corina Machado, elegida como candidata presidencial por la mayoría opositora, continúa inhabilitada para desempeñar cargos de elección popular y, por tanto, no podrá inscribirse entre el 21 y el 25 de marzo, en el período establecido por el CNE.
Machado llamó hoy a sus simpatizantes a mantener "serenidad y firmeza" y aseguró que el chavismo tiene miedo a medirse en las urnas, sin hacer ningún comentario sobre el futuro de su candidatura o sobre la posibilidad de escoger a un nuevo candidato al que el CNE permita inscribirse.
3.- La reelección
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, dijo que el calendario planteado por el CNE es "palabra sagrada" y auguró que el pueblo "conquistará una gran victoria" en las presidenciales, sin confirmar si participará en ellas, un asunto que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) da por hecho.
De confirmarse la aspiración, Maduro, en el poder desde 2013, buscará un tercer sexenio al mando en lo que sería su segunda reelección.
4.- Los candidatos
Varios precandidatos reafirmaron su deseo de competir en este proceso -entre ellos los diputados Luis Eduardo Martínez y José Brito- que, previsiblemente, contará con una decena de candidatos que buscarán arrebatarle al chavismo el poder que ostenta desde 1999.
Sin embargo, ninguno de estos aspirantes cuentan con suficiente apoyo popular para disputarle el poder al chavismo, según las encuestas, en las que Machado figura como la principal opción de los venezolanos para estos comicios.
5.- La campaña
El CNE determinó que la campaña durará, oficialmente, 21 días -entre el 4 y el 25 de julio-, lo que deja cuatro meses de una precampaña que, de facto, ya arrancó hace más de un año, y que seguirá sin regulaciones del árbitro electoral.
Mientras Machado recorre el país en la búsqueda de votos que, si nada cambia, no podrá recibir directamente, el chavismo muestra a diario propaganda en los medios del Estado a favor de Maduro, al que vende como un "conductor de victorias".
6.- La negociación
Aunque todo parece decidido, tanto el Gobierno como la oposición han reconocido que mantienen un canal de negociación activo, lo que deja una puerta abierta a cambios de última hora que podrían incluir la aceptación de la candidatura de Machado o el cambio de fecha de los comicios, algo que ya ocurrió en 2018 luego de un rápido convenio político.
De cualquier modo, si se mantiene el calendario anunciado, el reloj corre deprisa para el principal bloque antichavista, que deberá resolver en 20 días el estatus de su candidatura para poder inscribir a alguien que despierte la simpatía de sus bases o, como ha ocurrido en el pasado, optar por la abstención.