El sur de Brasil "es un escenario de guerra", con ciudades enteras bajo agua y miles de personas incomunicadas, en la mayor catástrofe climática de la región, que deja hasta el momento 75 muertos y 88.000 desalojados, dijeron el domingo las autoridades. 

Desde las calles anegadas o desde el aire, las imágenes son desoladoras: casas a las que apenas se le ven los techos, gente que lo perdió todo, y el centro de la moderna Porto Alegre, la capital del estado de Rio Grande do Sul, completamente inundado.

Los habitantes de la ciudad brasileña de Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul, lamentaron este domingo la "situación de guerra" y de impacto económico "incalculable", después de que el agua convirtiera el centro histórico en un gran lago en la peor inundación de su historia.

El mercado público, el más antiguo de Brasil y un símbolo del bullicio de esta ciudad de 1,3 millones de habitantes, está cerrado desde el viernes ante la desesperación de los comerciantes por la crecida del río Guaíba por encima de los cinco metros, un máximo histórico.

Más de 3.000 militares, bomberos y brigadistas trabajan en el rescate de personas aisladas, en muchos casos sin suministros básicos como agua o energía eléctrica. El suministro de agua está interrumpido en 70% de Porto Alegre -de casi 1,4 millones de habitantes- y su región metropolitana, que tiene localidades enteras sumergidas, como Canoas, Guaíba y El dorado.

 

 

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