El pronunciamiento de once países de América y el Caribe señalan que los resultados avalados por el TSJ carecen de sustento y credibilidad.
Los gobiernos firmantes ya habían manifestado su desconocimiento de la validez de la declaración del CNE, luego de que se impidiera el acceso de los representantes de la oposición al conteo oficial, no se publicaran las actas y se negara una auditoría imparcial e independiente de los resultados.
En ese sentido, la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela indicó la falta de independencia e imparcialidad tanto del CNE como del TSJ, lo que refuerza las dudas sobre la transparencia del proceso electoral.