Centenares de feligreses católicos, devotos del Señor Cautivo, pasan desde ayer por Sullana en su peregrinaje hacia el Santuario de la venerada imagen del patrón de Ayabaca.


Son varios los grupos representativos de Hermandades de peregrinos y también devotos que van de manera individual (aunque en el trayecto conocen y se unen a otros), caminando portando cruces a cuestas y sus enseres de uso personal.
Como es tradicional, estos creyentes, que proceden de diversas ciudades del norte, centro y sur peruanos y también de Ecuador, llegan hasta la Plaza Grau, la Plaza Roberto Seminario, la Capilla y alrededores del Cementerio San José, que toman como puntos referentes de descanso y/o avituallamiento; para luego seguir su larga caminata.
Aún les resta cinco o seis días para llegar a su destino y no les importa la inclemencia del sol o el frío de las noches; tampoco tener que cargar a sus pequeños hijos, sobrinos o nietos o empujar cochecitos de bebé o sillas de ruedas. Solo interesa el encuentro con el Señor Cautivo, al que le cumplen promesas por algún favor o milagro que les concedió.

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