Comentarios a vuelo de pájaro


PARA los que acostumbran hacerlo, no hay mejor manera de empezar la mañana si no es con una buena taza de café. De todas las bebidas calientes – de las preparadas a base de semilla- ésta es la más energizante. Muchos se habitúan a tomarse esa primera taza de café -si son varias las que ingieren en el día- fuera de casa. 
º OTRA cosa es la adicción del cafetero impío. Ésta los lleva a ritualizar dicho hábito. A convertirlo en un acto casi litúrgico. A consumarlo solos, casi levitando y a sumergirse en un ensimismamiento sin nombre.
º HAY también quienes buscan adivinarse la suerte mirando el fondo de su taza de café después de escanciarla. El sedimento que encuentren les dirá qué lance les espera. Si lo que aparece allí es un círculo, buen indicio. Que puede ser de éxito o de amor. O vaya usted a saberlo.
º PARA no hablar de los de ahora, en Piura hubo, años atrás cafés memorables. En la avenida Grau, estaba el Berlín; y en la Ica, el Zelada de aquella época. Éste, ni bien abría sus puertas, sus habitues aterrizaban allí como avispas. Con una taza de café por delante se enzarzaban entre ellos a cambiar el mundo sin moverse de sus mesas que eran las mismas que ocupaban siempre. Como diría la canción, son tiempos pasados que ya no volverán.
º DESDE entonces, Piura también ha cambiado muchísimo por esa dinámica que mueve a los pueblos a transformarse con el correr de los años y a enfrentar, en las nuevas coyunturas, otros desafíos. No es cuestión, en la búsqueda de remedios para estos últimos, dejarlos al azar. Tiene que haber un norte trazado para conseguirlo. Y si no lo hay, se impondrá entonces el capricho, el antojo y la travesura del que tenga en sus manos dicha tarea. Tal como lo estamos viendo hoy en Piura con este alcalde que tenemos. 
º CON el cuento de la modernidad, en su acepción más elástica o de jebe, éste pretende venderle a los piuranos la fantasía de que él ha venido, como predestinado, a refundar Piura, a rescatarla de sus ruinas o de sus cenizas en los que la sumieron sus predecesores. Desde Juanjo para atrás o hasta él desde el primero de estos últimos cien años. ¡Qué autolatría! 
º ESCUCHANDO a Madrid, concurren al instante sentimientos encontrados. Colisionando. Dándose de cabeza. Unos, afligiéndose por él y por lo que absurdamente afirma; y, otros, exacerbándose e indignándose con él, también por lo mismo. Se nota que a su alrededor no hay gente que lo centre y le diga que la modernidad no consiste en ir construyendo parquecitos, bautizando a Piura como la “capital de la cumbia peruana”, pintando murales con los rostros de los, para él, íconos piuranos de esta música, o quitándole abolengo a la avenida Grau o mochando algarrobos. No, no. Eso no es modernidad en ninguna parte, Gabriel.
º AHORA mismo está apurando a la ministra de Cultura, Leslie Urteaga Peña, a que de una vez suelte la plata (alrededor de 50 millones de soles) para comenzar a reconstruir lo que fue, más que un teatro (para que engañarnos), la principal sala de cine que Piura tuvo hasta los años 90. De eso vivió o con eso se mantuvo, proyectando películas, el Teatro Municipal. Y de no haber sido así se hubiese convertido en un simple elefante blanco.
º MADRID quiere reconstruir esta sala para que los artistas piuranos tengan un lugar moderno donde exhibir su arte. Loable deseo. Aplausos para él. Madrid olvida, sin embargo, que un local así necesita cuidado, aseo y mantenimiento, y todo eso para evitar que sus butacas no se apolillen, que los detritus no se amontonen y que los murciélagos, cuando sientan este lugar como una cueva abandonada no aniden allí..
º ¿CÓMO se va a solventar eso, Gabriel? ¿O quién crees que podría hacerse cargo de dicha manutención? Tampoco olvides, Gabriel, que ahora, exagerando un poquito, hasta el aire que se respira cuesta. ¿O no?
º Y modernidad, Gabriel, tampoco consiste en cargarle pasivos a la ciudad, ni levantar elefantes blancos donde no debiera haberlos. Para vergüenza nuestra por el desatino de elegir, como autoridades, a gente que no valía la pena. Ya sea por mala leche, o por mala cabeza, o por ambas cosas. Una fatal combinación que se repite casi siempre entre nosotros
º ESO sí Gabriel, y parafraseando al gran Anaxágoras, "si nos engañas una vez, la culpa es tuya. Si nos engañas dos, es nuestra". Si ocurre lo segundo que quede, pues, como escarmiento.
HASTA MAÑANA

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