Dos agentes de la PNP en actividad, presuntamente integrantes de la banda criminal ‘Los Guardianes del Norte’, secuestraron a un empresario colombiano en pleno centro de Lima y lo trasladaron hasta Chaclacayo para exigirle una millonaria suma.
El empresario colombiano, dedicado al negocio de las criptomonedas, fue secuestrado por dos policías en actividad y un civil, quienes simularon una intervención policial para retenerlo en plena avenida Grau, en el centro de Lima. Lo que parecía una acción legítima escondía el oscuro plan de una banda que opera bajo el nombre de ‘Los Guardianes del Norte’.
De acuerdo al parte policial, el extranjero fue obligado a descender del taxi en que se desplazaba y subir a un patrullero oficial de la comisaría de Cotabambas. Este vehículo fue escoltado por dos autos particulares, lo que daba mayor apariencia de legalidad al operativo trucho. Sin embargo, el fin era trasladarlo a una vivienda en Chaclacayo, donde exigieron US$400 mil a cambio de su liberación.
Los hechos ocurrieron el pasado 31 de julio, a unos días después de la llegada del empresario al Perú. Luego de ser interceptado y conducido primero a la avenida Arenales, lo cambiaron de vehículo, para finalmente llevarlo hasta la zona este de Lima. Ya en Chaclacayo, bajo amenazas, los secuestradores le exigieron acceso a sus cuentas bancarias para concretar una transferencia de alto calibre.
CAYÓ LA BANDA
Gracias a un trabajo conjunto entre la División de Inteligencia de la Dirincri y la unidad especializada en secuestros, se montó un operativo de rescate que culminó con éxito en Ñaña, donde fue liberado el empresario y detenidos sus captores en flagrancia.
Los detenidos fueron identificados como:
Harrison Medina Sánchez, alias ‘Camacho’, suboficial de la Dirección Contra la Corrupción (Dircocor)
Benji Daniel Castillo Espinoza, alias ‘El Chino’, agente en actividad de la comisaría de Cotabambas, quien conducía el patrullero usado en el secuestro
Juan Carlos Cristache Manrique, alias ‘Hacker’, civil que completaba la banda
Durante la intervención se incautaron dos armas de fuego, chalecos policiales, celulares y vehículos, que serían piezas clave en la investigación que ahora apunta a una posible red mayor al interior de la institución policial.