Falta dinamismo. A octubre se registró una tasa de crecimiento interanual de 3.7%, explicada por la mejora de los precios de exportación, así como por el optimismo empresarial, pero factores institucionales evitaron que crezca más de 6%. La economía peruana inició 2025 con expectativas de crecimiento del 3% e incluso cifras menores para los analistas más prudentes.
Sin embargo, a octubre, último dato disponible del año, el PBI ha alcanzado una tasa interanual de 3.7%, lo que obligó a revisar al alza todas las previsiones. Todo esto ocurre a pesar de que la crisis de inseguridad tensionó el escenario político, derivando en la destitución de Dina Boluarte y llevando al Perú a sumar su séptimo presidente en apenas nueve años.
El Banco Central de Reserva (BCR), el BBVA Research, el Área de Estudios Económicos del BCP y del Scotiabank, así como el IPE, aumentaron sus proyecciones de crecimiento.
Para los expertos, varios factores incidieron en dichos resultados, entre los cuales destaca la mejora de la confianza empresarial. Según datos del BCR, las expectativas de los empresarios sobre la economía y su sector se mantuvieron optimistas en el año con indicadores que registraron aumentos cada mes.
Para el economista Juan Carlos Odar, los datos de 2025 han generado una “sorpresa” en la que ha sido importante el papel de la inversión privada que tiene una dinámica mayor a la esperada.
“Lo que es difícil de conseguir es avanzar de manera sostenida alrededor del 3.5% y eso pasa por querer alcanzar un mayor ritmo de crecimiento potencial”, comentó, y señaló que es necesario lograr una mejora en la productividad, de la institucionalidad y del entorno en el cual se hacen los negocios.
Elecciones y Populismo
Cuando se inició el año, una de las preocupaciones para 2025 era el inicio de la campaña electoral y su impacto en las proyecciones, tomando en cuenta la cantidad de candidatos que postularían al cargo.
Sin embargo, el presidente del BCR, Julio Velarde, aclaró el último viernes que hasta el momento esto no se ve reflejado. En la misma línea, el gerente de Estudios Económicos del BCP, Carlos Prieto, aseguró que el entorno internacional es muy favorable para el Perú, motivo por el cual las cifras van por buen camino.
Hay que precisar que algo que marcó la economía este año fue el populismo político que generó la aprobación de iniciativas como el octavo retiro de la AFP, el retiro del 100% de la CTS hasta 2026. A esto hay que sumarle que el Consejo Fiscal también advirtió que entre 2021 y 2026 se aprobaron 229 leyes con impacto fiscal, cuyo costo acumulado ascendía a S/36,000 millones.
Pudimos crecer más
Sin embargo, el consenso entre los economistas es que el país pudo crecer bastante más. Carlos Prieto, gerente de Estudios Económicos del BCP, apuntó al deterioro institucional como uno de los principales frenos. Recordó que los salvatajes a Petroperú y los desembolsos vinculados a la Refinería de Talara han significado un gasto superior a los US$10,000 millones.
“Hay un enorme costo de oportunidad perdido”, sostuvo, al señalar que, con un entorno internacional favorable, el Perú podría haber crecido alrededor de 6.5%, lo que habría permitido reducir la pobreza y ampliar la clase media.
Prieto también cuestionó políticas como los retiros de fondos previsionales y la falta de disciplina fiscal. “Perú debería estar ahorrando porque, así como hay épocas de vacas gordas, hay periodos de vacas flacas”, advirtió.
De cara al 2026, las perspectivas combinan fundamentos macroeconómicos aún sólidos con una mayor incertidumbre interna y un entorno internacional menos dinámico.
En un año electoral, los analistas anticipan una moderación del crecimiento, a la espera de señales más claras sobre el rumbo político y económico del país. Según los analistas, la economía peruana crecería entre 3.1% y 3.4% al cierre de 2025, mientras que para el 2026 las proyecciones se ubican en un rango de 2.7% a 3%.