Mientras la jefa de Estado recibe y condecora a autoridades en Palacio de Gobierno, los ciudadanos se movilizan por las calles de Lima mostrando su rechazo hacia una gestión que no los representa.

La presidenta Dina Boluarte y sus ministros se han empeñado en mostrar una imagen de Perú que dista muy lejos de ser la real. En medio de una ostentosa parafernalia, con alfombra roja y medallas de honor en Palacio de Gobierno, reciben a los líderes mundiales que llegan para participar en el Foro de Cooperación Asia Pacífico APEC 2024.

Ante las cámaras y medios de comunicación internacionales que llegaron a cubrir el evento, pareciera que el 4% de aprobación de Boluarte Zegarra no es importante y que solo existe ante la prensa local, que le reclama permanentemente su poca apertura y transparencia por los casos y acusaciones que la señalan como autora de diversos delitos.

Atrás quedaron los días en los que, amablemente, Dina Boluarte contestaba las preguntas de la prensa, cuando finalizaba sus actividades oficiales. La nueva realidad para los periodistas en el Perú, que para la mandataria solo “crean historias como Chucky y su novia”, es estar resguardados dentro de una reja y rodeados de francotiradores.

El rechazo hacia Dina Boluarte estuvo desde que asumió la presidencia, en diciembre de 2022, tras el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo, de quien además fue ministra. En ese entonces, las protestas fueron duramente reprimidas y terminaron con el asesinato de 50 peruanos.

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