Para el analista político, la última encuesta de Ipsos refleja el rechazo de la población hacia el gobierno de Boluarte, que prefiere enfocarse en temas domésticos y no en los problemas reales del país.
Ya no es solo la desaprobación a su gestión, ahora la población percibe que el gobierno de Boluarte no hace nada para resolver los problemas del país. La encuesta es coherente con el rechazo que recibe la presidenta con su aprobación y con la impaciencia que predomina en una parte importante de la población. Las cifras son bastante gráficas.
El problema de la inseguridad y la corrupción parece una bola de nieve indetenible en este gobierno.
La presidenta con sus acciones, por la opacidad con la que manejó el tema de los Rolex, su cercanía con personas cuestionadas, su apatía para lograr la captura de Vladimir Cerrón, ha terminado por impactar en la percepción de la población. En el caso de la inseguridad, se hace poco por contener la violencia, el Gobierno está más enfocado en problemas domésticos, en cómo reparto el poder que tengo, que en la solución de estos problemas.
¿Cómo cree que vaya a sostenerse este gobierno de aquí a 2026?
Este es un Gobierno muy precario, pegado con baba, sustentado en el pacto tácito de permanencia por el Congreso, por la gran apatía ciudadana y por un calendario de actividades favorables que va a disminuir la atención sobre ella. Eso, igual, no va a garantizar que vaya a durar hasta julio de 2026. Es difícil pensar que complete su mandato, es un gobierno impopular y carente de resultados, al menos a nivel de percepción.
¿Boluarte tuvo alguna vez una estrategia de gobierno?
Una estrategia de gobierno, creo que no. Cuando se instaló su gestión su gran preocupación fue sobrevivir a la convulsión social. Luego de eso el recurso recurrente ha sido que, cambiando leyes, reglamentos, podían revertirse los problemas de gestión y eso, claramente, es insuficiente.