Ayer "El Tiempo" entrevistó a Madrid y después de leer dicha entrevista casi vomitamos. No sabemos de dónde sacamos fuerzas de flaqueza para evitar que esas arcadas no se vinieran incontenibles y deshonraran, mientras las hojeábamos, las páginas de este semanario.
Cuando un periodista entrevista, éste tiene que ser contestatario para trascender, más todavía si el entrevistado es una figura pública y controvertida como lo es Madrid. En cualquier caso, hay que actuar con honradez. Pues los periodistas, más los buenos -los del montón no entran aquí-, se deben a sus lectores, a quienes los escuchan o a quienes los ven. La confianza que éstos depositan en nosotros debemos devolvérsela con certidumbres para que esas esperanzas por la verdad no se pierdan. A personajes, como Madrid, no se les debe sentar a la mesa para servirles sopa y ponerles babero para que se la toman y no berreen. Hacer eso, es afrentoso.
En la entrevista que El Tiempo le hace a Madrid éste afirma que la corrupción destruyó a Piura como ciudad. ¿Miren quién lo dice? Cuando éste se vuelve un potentado ese golpe de suerte le llegó mientras fue alcalde de Tambogrande. Antes era una calato. Un medicucho de campo. ¿A ver que diga que no? Y esa buena estrella lo ha seguido acompañando hasta ahora.
Sacándose incluso la lotería con su elección como alcalde de Piura y gracias, eso sí, a los votos que le proporcionó Reynaldo Hilbck, vencido éste en las regionales por babear, durante su campaña electoral, con gente que no debió tener a su lado por incompetente y arribista. Los aprendices de brujo se disfrazan de cualquier cosa.
Me permito decir todo esto indignado por lo que ha dicho Madrid sobre Piura en la mencionada entrevista y por mentir cuando se refiere a la pelea que todavía le siguen dando los vecinos de lo que fue el antiguo parque “Néstor S. Martos”. Por cierto, falsea cuando asegura que detrás de toda esta pendencia hay un trasfondo político. No la hay. Para confirmarlo, por qué no entrevistar a Brenda, a Claudia Zapata, a Carolina Valdiviezo, a Lourdes Sandoval, a Ivette Girón, a Martín López o a mí, que vivo por acá desde hace más de 50 años. Aunque yo no necesito ser entrevistado para decir mis verdades porque, para hacerlo, tengo, gracias a Dios, mi pluma y esta columna.
Y me enfurezco más cuando ese pobre diablo que es Madrid dice, en la mencionada entrevista, que desestimó la construcción, en el centro de aquel bosque de algarrobos que hay al costado de la urbanización San Eduardo, de un ya proyectado Centro de Convenciones, y que lo hizo persuadido por los vecinos de ésta, y convencido de que tampoco ésta era una zona roja, como sí lo era, según él, lo que había alrededor del ex parque “Néstor S. Martos”, donde todavía reside una hija de este ilustre docente y donde crecieron los hermanos Alvarado Tabacchi, uno de ellos nada menos que la cabeza principal del actual equipo de funcionarios de Madrid, y otro más, y con mejor pedigrí, que está a cargo de la oficina en Piura del Banco Central de Reserva. A propósito, ¿Dónde creció Madrid? Claro, ahora vive, pegándosela de rico, en Los Ejidos y habitando una ostentosa residencia. Aunque nunca debería de olvidar que lo que es del agua, al agua se va. O que lo que viene por agua, por agua se va.
Debo añadir, por último, que en aquel antiguo parque, el “Néstor S. Martos”, vi crecer a mis hijos. Como tantos otros vecinos vieron crecer a los suyos. Y también alcancé ver corretear por allí a mis nietos. Los más pequeños, cada vez que nos visitan, piden que los lleven al parque. ¿Cuál parque? Ellos ignoran que éste ya no existe. por culpa de ese perverso de Madrid ¿Cómo no sentirnos indignados con él y por lo que dice y repite sobre Piura?