Desde que Quellaveco comenzara las operaciones en el año 2022, no ha salido un proyecto minero de una magnitud similar en el país.
Esta semana se conoció que la pobreza en el Perú creció en 2023 y afectó al 29% de la población, es decir, que golpeó a 9.8 millones de personas. Pese a que el año pasado ya se advertía que las cifras serían peores que las de 2022 (alcanzó al 27.5% de peruanos), no se trabajó para impulsar la inversión privada, que cayó 7.2%, y menos el desembolso minero, que retrocedió 10%, que generan empleo adecuado.
Es así que, tras la puesta en operación de Quellaveco (Moquegua) en 2022, no hay otro proyecto minero tan grande en camino, pues los que están en cartera todavía se encuentran en etapas previas a su inicio de producción, tales como El Galeno, Los Chancas, Yanacocha Sulfuros, Michiquillay y Río Blanco. Los tres primeros se encuentran en Cajamarca, la región más pobre que hay en el país (44.5%).
La presencia de estas minas no solo contribuiría a la generación empleo, sino también a recursos para las zonas donde se encuentran, tomando en cuenta, además, que el cobre hoy ya alcanza los US$10,000 por tonelada.
Al respecto, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, Víctor Gobitz, explicó que este precio debería ser un incentivo para impulsar la marcha de estos proyectos que el país necesita.
“Cuando se hacen este tipo de inversiones, se miran los precios del cobre a largo plazo y a largo plazo son auspiciosos. El Perú debería, por eso, analizar cómo levantan la producción las minas actuales e impulsar nuevos proyectos”, expresó.
Asimismo, señaló que Galeno, Michiquillay y Conga pertenecen a un distrito, por lo que indicó que se pueden trabajar como un conjunto para que aprovechen la infraestructura y salgan adelante.