El suboficial José Munive Gurmendi murió cumpliendo su deber, pero sin el respaldo del Estado. Usaba un chaleco comprado con su sueldo porque la PNP no se lo dio. Lo balearon por el costado, donde no lo protegía.

¡Indignante! El suboficial de primera PNP José Gabriel Munive Gurmendi, quien cayó acribillado por delincuentes durante un feroz tiroteo en La Victoria, llevaba puesto un chaleco antibalas que él mismo se compró. Así lo denunció su propio hermano en medio del velorio, mientras vecinos, colegas y familiares gritaban justicia por la negligencia que, aseguran, lo condenó a una muerte que pudo evitarse.

Munive, de apenas 29 años, acudió con su compañero Harry del Carpio Valdez a un llamado de emergencia la noche del domingo 3 de agosto. En la intersección de los jirones Italia y San Pablo, una banda armada intentaba asaltar un camión de abarrotes. Los policías se enfrentaron sin dudar, con valentía. Pero sin los recursos que el Estado debería garantizarles.

El tiroteo duró segundos, pero fue brutal. Munive cayó herido tras recibir un disparo por el lateral derecho, zona donde su chaleco –que no era de alto nivel de protección– no lo cubría. La bala ingresó por las costillas, le perforó el pulmón y el hígado. Su compañero terminó gravemente herido y una niña de siete años fue alcanzada por una bala perdida. Uno de los criminales murió en el acto, otro huyó y un tercero, con total sangre fría, se acercó al cuerpo del suboficial y ¡le robó el arma!

El agente murió en el cumplimiento del deber. Lo trágico es que, como reveló su hermano, llevaba un chaleco comprado con su sueldo. “Este chaleco le debería dar la Policía Nacional. Lamentablemente, no fue así”, denunció con el corazón hecho pedazos.

CHALECOS COMPRADOS, VEHÍCULOS DE LUJO REGALADOS
La muerte de Munive desató la indignación de todo el país. El general en retiro José Baella estalló de rabia y no dudó en apuntar contra las prioridades del Gobierno. “No se pueden comprar vehículos de alta gama cuando faltan chalecos y armas. Los policías salen desprotegidos”, dijo en un noticiero, refiriéndose a la reciente compra de 168 vehículos de lujo por parte del Ministerio del Interior.

Y mientras los uniformados arriesgan la vida con equipos viejos, prestados o comprados con su sueldo, en el Mininter se pasean en Audis y Toyotas de última generación. El contraste duele.

El ministro Carlos Malaver apareció en el velorio con cara de compungido, pero cuando fue consultado por la prensa sobre la falta de equipos de protección, simplemente dijo: “Lo digo mañana”. Ni una palabra sobre el chaleco, ni una disculpa, ni un plan. 

Así estamos.

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