El nuevo presidente de la petrolera estatal anunció que se llevará a cabo una auditoria forense para determinar porqué la refinería de Talara demoró diez años en construirse y costó casi el triple de lo establecido inicialmente.

El nuevo presidente, el economista Oliver Stark, anunció que su gestión aprobó ocho medidas que buscan revertir la debacle económica en la que se encuentra la petrolera estatal y demostrar que los cambios “van en serio”.

Entre las principales medidas, el funcionario anunció que se abandonará el edificio ubicado en la Av. Paseo de la República, en el distrito de San Isidro, y el personal será trasladado a Talara, donde se encuentra la refinería. “Ahora sí estamos ajustándonos el cinturón”, aseguró en una entrevista a El Comercio.

En ese sentido, indicó que se evalúa una posible concesión del edificio o incluso venderlo. Además, indicó que, salvo algunos grupos como el área legal o el de compras, todos los funcionarios deberán trasladarse a Talara. ”Quizás un grupo se quede en una oficina acá, pero sería en un solo piso que alquilaríamos al concesionario”, dijo.

“El último de los ocho puntos que hemos aprobado es trasladarnos todos a Talara y ver qué es lo mejor para este edificio. De repente lo mejor es concesionarlo para conseguir efectivo, o venderlo. No lo sabemos, pero ya se ha aprobado que procedamos con el traslado de todo el personal a Talara con un cronograma de mudanza”, aseguró.

Asimismo, Stark señaló que la venta del edifico busca generar liquidez para la empresa estatal. En ese sentido, señaló que la infraestructura podría valer cerca de US$ 120 millones. “No quiero dar números para no contaminar el proceso, pero en algún momento alguien valoró este edificio en US$120 millones. Quizá el número, comparado con el tamaño de las cifras que estamos acostumbrados a oír en Petroperú, parezca que no mueve la aguja, pero sí la mueve. Cualquier medida es bienvenida”, enfatizó.

Una gestión privada
Por otra parte, anunció la contratación de una empresa privada que gestione a Petroperú como si fuese una empresa privada. “Así funciona un Project Management Office (PMO), y así lo hemos conceptualizado nosotros. Algunos especialistas lo llaman también Chief Transformation Office (CTO)”, indicó.

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