Los manifestantes fueron convocados hoy por organizaciones sociales y de izquierda contra el plan económico.
El presidente de Argentina, Javier Milei, comenzaron a desmovilizarse tras dos horas protesta en el centro de Buenos Aires en una jornada que convocó a muchos menos manifestantes de los 50.000 previstos inicialmente y que se saldó con incidentes aislados y dos detenidos.
Tras la lectura de un manifiesto titulado “Abajo el plan motosierra de ajuste de Milei y el FMI”, en el que los organizadores pidieron a las centrales sindicales -hoy ausentes- que se sumen a futuras movilizaciones y acusaron a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich de "criminalizar la protesta social", los manifestantes fueron retirándose de la histórica Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede de la Presidencia.
Pese a que marcharon de forma pacífica, muchos de los manifestantes incumplieron las medidas establecidas en un protocolo de seguridad que prohíbe cortar el tránsito en las calles y carreteras.
Las protestas de este miércoles son las primeras que tienen lugar en Argentina desde la asunción de Milei como presidente argentino, el pasado 10 de diciembre.
Varios miles de personas comenzaron a marchar desde la esquina de Diagonal Norte y Avenida Belgrano en dirección hacia la emblemática Plaza de Mayo, donde se encuentra la Casa Rosada. Un hombre grita consignas en una protesta contra el Gobierno del presidente de Argentina, Javier Milei, este miércoles, afuera de la Casa Rosada, en Buenos Aires.
Los únicos momentos de tensión entre los manifestantes y la policía se vivieron al principio de la concentración, cuando varios agentes cargaron contra los protestantes que ocupaban la calzada de las dos Avenidas Diagonales que unen la Plaza de Mayo y la Avenida 9 de Julio.
Los convocantes de la marcha se quejaron del trato policial, después de que los agentes antidisturbios les empujaran con sus escudos para obligarlos a marchar por la vereda. También denunciaron que la policía federal y los efectivos de Gendarmería intervinieran en la ciudad de Buenos Aires, sin que -según ellos- las autoridades locales se lo hayan solicitado.