Si intentar "ser ecológico" es uno de tus objetivos para 2024, este artículo es para ti.
Es injusto que te pidan que cambies tu vida cotidiana para resolver lo que, según todos los datos científicos, es una crisis medioambiental mundial, sobre todo cuando las emisiones de combustibles fósiles no cesan y los famosos toman aviones privados para recorrer distancias que podrían abarcar fácilmente en coche. Lo entiendo: es agotador.
Pero si eres como yo y el estado de nuestro planeta hace caer tu estado de ánimo en picada, he descubierto que cuidar con atención tu pequeño trozo de Tierra puede ayudar a mantener a raya ese temor existencial. Tú, individualmente, no puedes evitar que suba el nivel del mar, pero sí puedes proporcionar un pequeño refugio a las mariposas monarca, en peligro de extinción, plantando unos cuantos bulbos de algodoncillo. ¿Acaso no es ese un gesto muy bonito?
Muchas de estas sugerencias son fáciles y la mayoría te ayudarán a poner los pies en la hierba y las manos en la tierra.
1. Apaga las luces
Qué elegante. Qué sencillo. Activa un interruptor para salvar a los pájaros, las abejas, las luciérnagas y todas las demás criaturas voladoras nocturnas que se ven perjudicadas por la contaminación lumínica.
Un estudio publicado en 2020 llegó incluso a la conclusión de que la contaminación lumínica, sumada a la amenaza de la pérdida de hábitat y los pesticidas, pone en peligro de extinción a 2000 especies de luciérnagas.
2. Composta los restos de comida
Cuando la comida se tira en un vertedero no solo ocupa espacio, sino que también produce metano, un tipo de gas de efecto invernadero que es 25 veces más potente que el dióxido de carbono.
Pero las cáscaras de plátano, de huevo y de cítricos y los tallos de col rizada no son basura: son el principio de la vida. Mezclados con materia orgánica seca, como hojas muertas y recortes de césped, los restos de comida se convierten en un rico abono para el suelo que ayuda a las plantas a crecer.
3. Elige plantas autóctonas para tu jardín
Si anhelas la primavera y tienes la suerte de disponer de espacio para un jardín, plantéate colocar plantas autóctonas.
Según Drake White, propietario de un vivero de plantas autóctonas, estas requieren menos mantenimiento que las no autóctonas porque ya están adaptadas al clima y al suelo donde se plantan. Eso significa que no requieren un exceso de agua o fertilizante.
4. Cosecha tu comida
Durante el apogeo de la pandemia de COVID-19, la búsqueda de comida tuvo su momento. Es fácil, gratis y puedes hacerlo solo o en grupo.
Si de verdad quieres hacer un bien al medio ambiente, busca especies invasoras (plantas y hongos dañinos que no deberían estar aquí). Estas especies foráneas pueden dañar un ecosistema local dificultando el crecimiento de las especies autóctonas e interfiriendo en las delicadas relaciones que estas mantienen con los polinizadores.
5. Renuncia a tu césped perfectamente cuidado
No pretendo meterte en un lío con la comunidad de propietarios, pero hay razones para dejar que tu jardín se vuelva salvaje, y las expongo aquí.
Desde la xerojardinería en regiones propensas a la sequía hasta la creación de céspedes hechos de trébol, que hace poco fue un fenómeno en las redes sociales, el movimiento contra el césped está impulsando a los propietarios a replantearse este símbolo de estatus.