Los movimientos regionales podrían ser eliminados de la carrera política si el Congreso de la República, a partir de julio en que inicia la nueva legislatura, confirma en segunda votación la decisión que tomó el pasado 29 de mayo. Analistas comentan acerca de los efectos de esta medida con miras a las elecciones de 2026.

Al cierre de esta nota, 84 movimientos regionales se encuentran inscritos en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) del Jurado Nacional de Elecciones y hay otros 27 en proceso de inscripción para participar en las próximas Elecciones Regionales y Municipales 2026. Las bancadas parlamentarias que han concretado esta decisión provienen de partidos políticos nacionales.

Estas 111 agrupaciones de perfil regional deberían tener el panorama claro con miras a los próximos comicios electorales pero, de momento, no es así. El 29 de mayo en la sesión del Pleno del Congreso, se aprobó en primera votación el retiro de los movimientos de la Constitución.

Este retiro significa, según especialistas, su eliminación de la vida política del país, dejando únicamente a los partidos políticos nacionales y las alianzas conformadas entre éstos, la posibilidad de participar en elecciones y alcanzar los cargos de elección popular. Por tratarse de una reforma constitucional, esta ley necesita ser ratificada con una segunda votación en el Pleno y que supere los 87 votos en la siguiente legislatura. 

¿Una decisión oportuna?
¿Ha sido una decisión acertada prescindir de los movimientos regionales, teniendo en cuenta que muchos de los partidos nacionales no logran presentar candidaturas en todo el territorio? El abogado especialista en derecho electoral José Manuel Villalobos señala: “El mismo sistema, de acuerdo a cómo está configurado, iba a ir depurando a los movimientos regionales que no tengan una verdadera representación. Sacarlos con una medida de esta naturaleza es a todas luces atentatorio a su derecho de participación política”, sostuvo.

Explicó que “son miles las personas que se afiliaron a movimientos regionales para militar en ellos y no en los partidos tradicionales" y agregó que la Ley de Organizaciones Políticas ya establece vallas de inscripción, "por ello en el 2022 más de la mitad de movimientos regionales desaparecieron porque no pasaron la valla". "Era innecesario eliminarlos", enfatizó.

En 2026 se llevarán a cabo dos procesos electorales. 
En abril se desarrollarán las Elecciones Generales y en octubre serán las Elecciones Regionales y Municipales. De ser aprobada la norma por el Congreso, en ambos procesos electorales los partidos políticos nacionales serán los únicos en contienda. Con los movimientos regionales fuera de carrera: ¿Cómo será el comportamiento de estas agrupaciones de cara a las presidenciales? ¿A qué partidos apoyarán?, ¿hacia dónde se inclinará el voto regional? El analista político Rober Villalva tiene una hipótesis:

“Las provincias desde hace más de veinte años votan de manera obligatoria, sí, pero votan de manera contestataria, votan en contra del voto limeño. Entonces, cuidado, que podría estar direccionándose el voto y, aquí los únicos ganadores podrían ser partidos nacionales sí, pero radicales”, acotó. 

Antes de la primera votación con la que el Congreso retiró a los movimientos, la Asociación de Movimientos Regionales anunció su interés de formar alianza con el Partido Regionalista de Integración Nacional (PRIN), una organización de espíritu regional que recibiría el apoyo de los votantes del centro y sur del país, sostiene Rober Villalva

 

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