º HA vuelto a dejar de llover en Piura, pero no en otras partes de la región. Intensas son las que está cayendo en Ayabaca, por ejemplo, y en el interior de la provincia de Morropón. Senamhi no descarta que haya más precipitaciones sobre la ciudad capital -Piura, mejor dicho- como la que hubo el lunes pasado y que volvió a anegar los mismos lugares de siempre, y convertir nuevamente a la urbanización El Chilcal en una alberca. A un costado de esta queda el parque “Néstor S. Martos” y es aquí donde Madrid quiere construir su controvertido y descalificado Paseo de Aguas. Hasta ahora no quiere entrar en razón para no hacerlo. Es innegable que Madrid es un incorregible devoto del becerro de oro.
º MADRID, dicho sea de paso, está, donde se halla ahora, gracias a Reynaldo Hilbck. Ni siquiera debido a un golpe de suerte. Pues, en las elecciones municipales pasadas, Reynaldo, que postulaba al gobierno regional y no ganó, fue su locomotora en Piura. Sin ese arnés, Madrid, electoralmente hablando, no era casi nada ni nadie en la ciudad capital de la provincia y de la región. La única credencial que traía prendida en el pecho era la de haber sido alcalde del distrito de Tambogrande, donde tampoco lo recuerdan muy bien. Y nada más.
º CONVERTIDO ya en alcalde de Piura, Madrid desaprovechó políticamente su primer año de gestión, y en lugar de exprimirlo en un trabajo de campo que lo enganchara más con la población y lo visibilizara también más con ella para compensar, de esa manera, su falta de empatía y arraigo, prefirió más bien aislarse con el argumento, cierto o no, de hallarse ordenando la casa y actualizándose con el debe y el haber de la comuna que asumía como alcalde. Nada dijo entonces que también estaba preparándose para dar el gran salto y encumbrarse en el 2024 como pionero de una modernidad que Piura no había visto antes. Para cumplir con dicho sueño, comenzaría con estas dos obras: Con el ahora bien mentado Paseo de Aguas sobre el parque “Néstor S. Martos” y con ese Centro de Convenciones que también piensa construir en la urbanización San Eduardo y a espaldas del Country Club de Piura.
º PARA Madrid, la modernidad consiste en meter cemento por todas partes y sacrificar, si son un obstáculo para él y sus obras, aquello que, en otras modernísimas ciudades del mundo y de países super desarrollados, se preserva celosamente: los árboles, el césped, los arbustos, etc., etc. Con su Paseo de Aguas sobre el parque “Néstor S. Martos”, Madrid quiere arrasar con todo ese ecosistema urbano que hay allí y echarse abajo más de un centenar de algarrobos que los vecinos más viejos del lugar han visto crecer desde hace más cuarenta años. Él hasta ha llegado a decir que algarrobo que se tumbe lo reemplazará con cuatro más. ¿Dónde? Encima del cemento.
º Y si eso fuese posible y que no lo es, pasarían otros cuarenta años, mejor dicho, de aquí hasta el 2064, para verlos del tamaño de los de ahora. Ni a Madrid le quedaría tanta vida para alcanzarlos a ver de ese porte a los que dice que va a sembrar. Otro cuento suyo. En el fondo, lo que mueve a Madrid a impulsar esta obra, la del Paseo de Aguas, y las otras obras que tiene en mente, es un interés crematístico; no un afán real de modernizar Piura. Pues, si quisiera hacerlo comenzaría al revés. Quién no sabe que Piura, tal como se encuentra ahora, no está todavía para tafetanes. Como no lo estaba en su momento María Magdalena, la pecadora conversa del Evangelio, y hoy santa. ¿Quién no sabe eso? Hasta Madrid lo sabe. Sólo que se hace el cojudo, el bobo, el tonto, que son los otros sinónimos de la primera palabra. Seguiremos.
HASTA MAÑANA
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