Este hecho expone un nuevo ciclo de violencia en las prisiones que están bajo control militar.

Al menos once personas resultaron heridas el último martes tras la explosión de tres granadas en el comedor de la Penitenciaría del Litoral, ubicada en Guayaquil, y considerada la prisión más violenta de Ecuador. Entre los afectados se encuentran nueve reclusos, un guardia penitenciario y un militar, según confirmó la Policía Nacional.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 14:30 (hora local), y generaron una inmediata respuesta de las autoridades. El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI) informó que dos reos fueron identificados como responsables del ataque, mientras que otras siete personas han sido detenidas por su presunta implicación en los hechos. 

“Se han activado los protocolos de seguridad correspondientes en coordinación con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional”, señaló el organismo en un comunicado oficial. Las personas heridas están recibiendo atención médica, y se ha evacuado al personal del centro bajo estrictas medidas de seguridad.

Este incidente ocurre en medio de la militarización de las prisiones tras la declaración de un “estado de conflicto armado interno” en enero de 2024. La violencia dentro de las cárceles ha incrementado en los últimos años, impulsada por las disputas entre bandas criminales que buscan controlar el tráfico de drogas y otros negocios ilícitos desde los centros penitenciarios.

Se indicó que la venta coercitiva de alimentos dentro de la Penitenciaría habría sido el detonante que ocasionó esa masacre. Según Primicias, “el monopolio de la comida y la reventa extorsiva de alimentos sería la causa principal de la masacre que sacudió la Penitenciaría del Litoral.” Por su parte, la periodista especializada en seguridad, Karol Noroña, explicó en X que el pago extorsivo de hasta USD 20 diarios por raciones de comida era exigido por los propios presos encargados de distribuir los alimentos.

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