¿Qué motiva a una persona a servir? ¿A ayudar a otros? cuando actualmente, el concepto de SERVIR no vale nada, sino te deja "algo"... En mi caso, encuentro la respuesta en mi invalorable hogar y en mi amado colegio "Santa Ursula" de las Hermanas Carmelitas de la caridad. 

En casa, siempre he visto a mis padres ayudar y servir con todo cariño, a quien llegara a casa, a sus compañeros de trabajo, a sus amigos y hasta a la misma familia. Y en mi colegio, en la formación religiosa, conociendo en detalle la vida de Jesús y de las mujeres representativas de su amor y entrega. Las hijas de Dios, donde de ellas, una caló en mi corazón: Santa Joaquina de Vedruna, con su frase "Amor y más amor, que nunca dice basta".

Para una niña como yo, ávida de saber y conocerlo todo y curiosa siempre, pensé mucho en esa frase. Lo que significaba, lo que quería decir... "AMOR Y MÁS AMOR": ¿se puede dar más del que ya tenemos? ¿del que ya sentimos?. "QUE NUNCA DICE BASTA...": ¿así me paguen mal? ¿así no lo agradezcan? ¿así te culpen de cosas que no hiciste? Pues, sí.

A lo largo de estos 52 años de vida, tengo muchos recuerdos, pero recuerdo sobre todo, aquellos, donde dar un abrazo, compartir un pan, estar en silencio al lado de alguien que sólo llora y no habla, acompañar a alguien a decir algo a alguien, ayudar a un anciano a cruzar una calle, dar de comer a alguien que no puede, conducir a una persona que no ve, auxiliar heridos de un accidente, asistir a un niño con parálisis cerebral, son los que me han marcado profundamente.

Estamos de paso. Veo a mi alrededor todo lo que hay por hacer, ayudar, construir y proyectar, que pido cada día a Dios, en su infinita misericordia, me dejé un rato más y poder hacer, siquiera, la mitad de todo lo que me falta.

Servir, hacer servicio a la comunidad, a tu comunidad es un sentimiento. Puro, sincero y nace de tu corazón, de tu fe y de tu esperanza. Mientras tenga vida, seguiré haciendo servicio, con ese amor, que nunca dice basta!!

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