Palabras de homenaje a Rafa.
Estoy plenamente seguro que ya estas gozando de la presencia del Padre. Más que un sacerdote, un amigo, un motivador, un soñador, un hombre de Dios. Nos enseñaste mucho: a construir, a amar, a querer, a soñar y a comprender que nada es imposible si te llenas de voluntad y sacrificio. Seguirás siendo una luz, pues solo tu parte corporal nos ha dejado. Tu espíritu permanecerá siempre entre nosotros, siendo esa luz que nos diste siempre. En lo personal, marcaste mi vida, me enseñaste a creer, que siempre se puede¡¡ Y sobre todo, como siempre lo dijiste, seguiremos sirviendo al prójimo sin llamar la atención, como María, nuestra madre, como tú, que siempre sembraste. Nuestro pueblo, Marcavelica, sólo tiene gratitud para ti. Nuestro colegio, aquel José Ildefonso Coloma se llenó de ilusión, de amor y de Dios cuando llegaste. Y cómo no ilusionarnos si nos enseñaste a ser Cristoforos, a ser luz de Cristo. Orgullosamente, nuestra promoción (1978-1982) lleva tu nombre, porque era una forma de decirte en vida, ¡¡¡gracias padre, gracias Rafa¡¡¡
Dios te abrió sus brazos y los que vemos tu cuerpo partir nos quedamos con la eternidad de tu espíritu.
Hasta pronto Rafa, hasta pronto amigo, hasta pronto viejo.¡