El primer día del año nuevo.
Porfían las estaciones y se suceden,
aquella flor amarilla en la más alta rama del árbol todavía pelado,
anunció la primavera en el suave setiembre de tibios amaneceres,
y luego, pasando los meses, arribaron esos calores subiendo siempre
y las corrientes verdes que vienen del trópico,
y el bochorno de las tardes y las lluvias
que se anuncian interminables en muchos lugares.
Habrá inquietud sin duda y pesar por los aluviones.
Pero en la noche, mujeres y varones, animales y plantas,
encienden en el centro de sus quereres
la llama de la esperanza el primer día del año nuevo.
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